El glaucoma es una afección ocular muy común en los pacientes de más de 35 años, 2 de cada 100 personas en este grupo de edad, tienen la visión amenazada por esta enfermedad. Por encima de los 60 años de edad son 4 de cada 100 personas.
Cuando vemos un objeto, la imagen esta llevada desde la retina hasta el cerebro por medio del nervio óptico, este nervio es como un cable eléctrico (contiene un millón de fibras) que llevan los mensajes hasta el cerebro. Todos juntos proveen tanto la visión de los costados como la visión central (que nos permite la lectura).
El glaucoma puede producir daño a estos cables causando manchas ciegas en el área de la visión. Muy rara vez las personas notan estas manchas ciegas hasta que hay un daño avanzado del nervio.
Afortunadamente esto raramente ocurre si el diagnóstico de glaucoma es precoz y es tratado adecuadamente. La clave para prevenir el daño del nervio y la posible ceguera es el diagnóstico y el tratamiento precoz del glaucoma. Muchos médicos hacen los estudios como parte de un examen de rutina. Un oftalmólogo es el médico que específicamente está entrenado para hacer este examen y tratar esta condición.
La mejor defensa contra el glaucoma es la búsqueda del mismo, por esta razón los adultos deben ver al oftalmólogo para exámenes periódicos oculares.
Un líquido transparente llamado humor acuoso fluye dentro del globo ocular en forma continua. Este flujo es producido constantemente por una parte del ojo llamado proceso ciliar y sale (en la misma proporción que es producido), a través de una serie de pequeñitos orificios que quedan en el ángulo entre la córnea y el iris llamado trabeculado. Cuando por distintos motivos ese flujo se ve interrumpido o alterado se produce un aumento de presión ocular que es la causa más frecuente de de glaucoma.
El tratamiento más habitual para esta patología es el uso de gotas oftálmicas que logran reducir los valores de presión ocular a niveles bien tolerados por el nervio óptico del paciente. El control del glaucoma solo puede ser efectivo si el paciente se adhiere al programa del tratamiento prescripto por el oftalmólogo. El tratamiento se hace a través de un equipo que está formado por usted y su médico. La medicación nunca puede ser suspendida sin antes consultar con su oftalmólogo. En algunos casos se puede hacer una cirugía casi indolora, sin necesidad de abrir el ojo con un tratamiento de láser. En otros casos cuando no se puede tratar con láser debemos recurrir a una cirugía que produce un nuevo canal de drenaje del ojo.
El glaucoma es una enfermedad de los ojos que tiene como condición final común una neuropatía óptica que se caracteriza por la pérdida progresiva de las fibras nerviosas de la retina y cambios en el aspecto del nervio óptico. La mayoría de las personas afectadas no presentan síntomas en las primeras fases de la enfermedad; más adelante aparecen defectos en el campo visual y pérdida progresiva de visión. La aparición de estos síntomas puede significar que la enfermedad está en un punto avanzado de su evolución. Es inusual que exista dolor ocular en el glaucoma crónico, pero es frecuente en el glaucoma agudo (glaucoma de ángulo cerrado), el cual sí puede ocasionar intensos síntomas desde su inicio.
Uno de los principales factores que pueden influir en la aparición de glaucoma es la presión intraocular alta, aunque no existe una correlación exacta entre glaucoma y presión intraocular, pues algunas personas pueden desarrollar la enfermedad con cifras de presión intraocular consideradas normales y sin embargo en otras ocasiones existen cifras altas sin que se produzca ninguna repercusión ocular. Existen varios tipos de glaucoma, cada uno de los cuales tiene un origen y una evolución diferentes, por lo cual la definición general anteriormente expuesta puede no corresponder a todas las formas de esta enfermedad. La mayor parte de los casos corresponde al llamado glaucoma crónico simple (glaucoma de ángulo abierto).
Una catarata es una nubosidad en los lentes naturales del ojo (detrás del iris), usualmente es el resultado de los cambios normales que aparecen con la edad.
El síntoma inicial usualmente es un resplandor en los ojos cuando la luz está brillando hacia ellos. Este síntoma va progresando y la visión puede tornarse borrosa incluso bajo buenas condiciones de luz. Algunas veces la visión de cerca es la más deteriorada, otras veces es la visión de distancia y a veces ambas. Ocasionalmente, se produce una visión doble en el ojo con catarata.
El único tratamiento para la catarata es la cirugía (FACOEMULSIFICACIÓN CON IMPLANTACIÓN DE LENTE INTRAOCULAR). Este procedimiento es una microcirugía ocular que consiste en colocarle al paciente una medicación local que controla el dolor (anestesia tópica) y luego de realizar una pequeña incisión corneal de 2 mm, que por su pequeño tamaño no requiere el uso de suturas (puntos), por medio de un moderno sistema que aplica ultrasonido (FACOEMULSIFICADOR), se extrae la catarata y luego de ello se coloca un lente intraocular, seleccionado previo a la cirugía y de acuerdo a las necesidades del paciente.
La catarata es un cambio normal que viene con la edad y usualmente no daña los ojos. El paciente experimenta los mismos resultados de la cirugía sin importar cuando se realice ésta. Por esta razón, el paciente puede decidir si desea y cuando desea someterse a cirugía (cirugía electiva). Esta decisión se basa en la manera como la catarata afecta el estilo de vida del paciente. Para la mayoría de las personas, los asuntos más importantes son leer y manejar pero la necesidad de realizarse la cirugía puede también estar basada en el trabajo o en actividades recreacionales. Raramente, el cirujano aconsejará al paciente cuando someterse a la cirugía de catarata debido a una necesidad de ver y/o tratar la patología retinal o debido a una inflamación o glaucoma en el ojo.
Si el ojo es normal excepto por esto, la opción de un buen resultado con mejoras significativas en la visión se aproxima al 98 por ciento, y la probabilidad de complicaciones serias es baja.
La cirugía de la catarata es usualmente realizada de manera ambulatoria bajo anestesia local. El procedimiento toma menos de media hora. Generalmente, no existe dolor después de la cirugía y el paciente puede retomar sus tareas habituales a las 48 hs, dependiendo del caso.
La visión de los pacientes mejora en pocas horas. Esto ocurre usualmente el día posterior a la cirugía, aunque la estabilidad visual puede llevar algunos días.
Usualmente, los pacientes tienen muy buena visión sin lentes pero para una máxima visión puede ser que requiera lentes. Variaciones individuales en cada paciente juegan un rol muy importante en lo bien que él o ella verá después de la cirugía. Cada paciente debe discutir las opciones con su cirujano. Actualmente las opciones incluyen implante de lentes monofocales, toricas, y multifocales o acomodativas, que pueden corregir tanto visión de lejos o de cerca y astigmatismo.
LASIK (Laser assisted in-situ keratomileusis) es un procedimiento quirúrgico que se realiza para corregir defectos de refracción (miopía, astigmatismo, hipermetropía). Esta cirugía se puede utilizar en pacientes con miopía, hipermetropía y/o astigmatismo, disminuyendo en estos la necesidad de usar anteojos o lentes de contacto permanentemente.
Muchísima gente en todo el mundo se ha beneficiado gracias a este procedimiento. Para ser candidato a este tipo de cirugía hay que ser mayor de 21 años, entre otras cosas. En el procedimiento de LASIK, el cirujano talla una delgada lamina (flap) en la superficie de la córnea con un elemento llamado microquerátomo. Luego en la capa mas profunda de la córnea (estroma corneal) se aplica el Laser Excimer.
De esta manera se modifican los radios de curvatura corneal y se logra el efecto refractivo, el cual es personalizado para cada paciente. Luego de aplicado el Láser, el flap corneal es reposicionada en su lugar original, recuperando de esta manera la integridad de la superficie corneal. La cicatrización es rapidísima, logrando una buena recuperación visual dentro de los 2 o 3 días, aunque la mejor agudeza visual final puede no ser obtenida hasta las 2 o 3 semanas. En ningún momento del procedimiento se utilizan agujas para anestesia ni suturas. Gotas de antibióticos y antiinflamatorios postoperatorias son usadas por una semana a 10 días luego de la cirugía de LASIK.
LASIK casi siempre resulta en una mejoría de la visión sin corrección. Sin embargo no siempre se logra obtener una visión perfecta en el primer procedimiento y algunas veces puede ser necesario realizar una segunda aplicación de Láser.
La gran mayoría de los pacientes puede esperar ver bien como para conducir un automóvil sin lentes. Sin embargo ciertos pacientes con grandes defectos de refracción
(por arriba de 8.0 Dioptrías de miopía y 3 a 4 D de astigmatismo) deberían reducir las expectativas acerca del procedimiento.
LASIK es un procedimiento electivo que, como todo procedimiento, tiene potenciales riesgos y beneficios. En general, las indicaciones para cirugía deben incluir un nivel apropiado de miopía, hipermetropía y/o astigmatismo, tanto como un paciente con motivación y expectativas realistas.
El mejor candidato para LASIK es un individuo que desea ser menos dependiente de los anteojos o lentes de contacto, que esta dispuesto a aceptar los riesgos del procedimiento y entiende que una reaplicación de láser puede llegar a ser necesaria. Los potenciales riesgos postoperatorios incluyen deslumbramiento, halos o resplandor alrededor de las luces en la noche; tanto como infección en la córnea con pérdida de agudeza visual mejor corregida. Afortunadamente, los riesgos graves que amenazan la visión, como las infecciones cornéales, son muy poco frecuentes.
Los avances técnicos en oftalmología permiten corregir las altas graduaciones gracias a la cirugía ICL, una intervención rápida e indolora. Esta operación es reversible y de rápida recuperación, dos aspectos que terminan de convencer a los más indecisos.
El sector de la oftalmología avanza a pasos agigantados. Una de las últimas novedades es la cirugía ICL, una intervención ocular especialmente indicada para pacientes con altas graduaciones que deseen despedirse definitivamente de sus gafas de ver de lejos.
Aunque la cirugía láser sigue siendo la primera opción para las personas que poseen poca graduación, su límite de corrección está más limitado. Para el resto de pacientes que tienen una graduación superior, se recomienda la cirugía ICL, una intervención que permite corregir hasta 20 dioptrías de miopía y 9 de hipermetropía.
Se trata de una operación sencilla y prácticamente indolora, en la que se implanta una lente intraocular en la cámara posterior del ojo, detrás del iris y delante del cristalino.
Una vez colocada, esta lente es invisible tanto para el paciente como desde el exterior.
La cirugía ICL está indicada para la corrección de graduaciones medias y altas de miopías e hipermetropía, así como de astigmatismo. Además, es una alternativa para la operación láser cuando el paciente no es un candidato idóneo por motivos como tener poco espesor corneal. La mayor ventaja que tiene esta cirugía es que es reversible, de modo que si ocurriera cualquier inconveniente, la lente se retira del ojo, sin que se produjese ningún cambio frente al estado original.
El uso de anteojos es una manera sencilla de corregir errores de refracción. La mejoría de la visión por medio de anteojos ofrece la oportunidad de poder elegir entre diferentes tipos de lentes, diseños de monturas, e incluso revestimientos de lentes para diferentes propósitos.
Hay dos tipos diferentes de diseños de lentes para anteojos: el lente para visión única, diseñado para corregir la visión a distancia, y el multifocal, diseñado para corregir tanto la visión a distancia como la de cerca (la parte superior enfoca la visión a distancia, mientras que la parte inferior se utiliza para las actividades que requieren visión de cerca, como la lectura). Los lentes multifocales se utilizan para corregir la presbicia, durante la cual la capacidad del ojo para enfocar objetos cercanos disminuye debido a la progresión de la edad. Los lentes bifocales proveen corrección para la lectura en la parte inferior, y para ver a distancia en la parte superior. Los trifocales son lentes con tres correcciones de enfoque diferentes: visión de lejos, visión intermedia, y visión de cerca, en un solo lente.
Los lentes progresivos funcionan de igual manera que los bifocales o trifocales, sin embargo, tienen una transición suave entre las diferentes áreas de enfoque, en lugar de líneas divisorias. Si bien la transición invisible de los lentes progresivos puede ser más agradable estéticamente, las áreas de enfoque son relativamente pequeñas debido al espacio que utilizan las zonas de transición. Los lentes progresivos causan más distorsión que otro tipo de lentes, lo que los hace más difíciles de usar en aproximadamente un 10 por ciento de los usuarios.
Habitualmente los pacientes pueden conseguir anteojos de lectura (en ocasiones llamados “lectores” o “media caña”) sin receta en farmacias, librerías incluso en la calle, para corregir la presbicia. Esto no resulta aconsejable si Ud. desea cuidar su salud visual, y no causar un daño, a veces irreparable, en sus ojos. LO CORRECTO ES CONCURRIR A SU OFTALMÓLOGO y, de requerirlo, obtener una prescripción (receta) de anteojos. Con dicha receta, el UNICO LUGAR a donde debe recurrir, es a una ÓPTICA HABILITADA para la fabricación y venta de anteojos con o sin graduación.
También puede obtener una receta de anteojos de sol y adquirirlos en una óptica si su objetivo es no dañar a sus ojos. NINGUN EJERCICIO O MEDICAMENTO HACE QUE LA PRESBICIA SEA REVERSIBLE.
Anteriormente, los lentes sólo se hacían de vidrio, pero hoy en día la mayoría son ORGÁNICOS.
Los lentes ORGÁNICOS son más livianos, más flexibles y más seguros, ya que son menos propensos a romperse. Su única desventaja es que se rayan con mayor facilidad. También tienen una capacidad inherente para bloquear los rayos ultravioleta (UV).
Los oftalmólogos solemos recomendar lentes de policarbonato (un material altamente resistente al impacto) a las personas que usan anteojos durante la práctica del deporte u otras actividades que puedan causar lesiones en los ojos. El lente de “alto índice” es otro tipo de lente plástico delgado y liviano. Estos son recomendados a pacientes que requieren una alta corrección visual. Ya que son delgados, eliminan la apariencia de “FONDO DE BOTELLA”, típica en anteojos que requieren lentes gruesos.
El revestimiento para protección de los lentes está disponible para ayudar a mantener sus ojos sanos. Los revestimientos anti reflejo ayudan a disminuir la reflexión de la luz en la superficie de los anteojos, permitiendo a otros tener contacto visual con usted, y mejorando su apariencia. Los lentes con revestimiento ayudan a que pase más luz a través de ellos, mejoran la sensibilidad al contraste y agudizan la visión.
Debido a la reducción en deslumbramiento y reflejo, la fatiga visual puede ser reducida.
Algunos de estos revestimientos pueden ser especialmente útiles para las personas que sufren por un deslumbramiento causado por las luces plenas de otros autos cuando conducen de noche. Otro tipo de revestimiento ayuda a proteger a sus ojos de las radiaciones dañinas de los rayos ultravioleta (UV).
Otra opción para la corrección de la visión con protección contra los rayos UV, son los anteojos de sol prescritos. Adicionalmente, existen los lentes fotocromáticos, una buena opción para las personas que prefieren un sólo par de anteojos para áreas interiores y exteriores.